El siguiente relato ilustra lo que puede ser una noche bajo mis ordenes...
Estábamos en un pub: tú sentada en una butaca y yo apoyado de pie en la barra.
Te sobaba ligeramente desde atrás y te comia el cuello cuando vi que fijabas la mirada al fondo de la pista.
- ¿A quién miras? - te pregunté.
- Aquel de allí.
Y miré hacía donde me indicabas. Un tío de esos que las mujeres se quedan mirando. Un cachas, tío bueno y además guapo. Muy guapo.
- Aquel de allí.
Y miré hacía donde me indicabas. Un tío de esos que las mujeres se quedan mirando. Un cachas, tío bueno y además guapo. Muy guapo.
- ¿Te lo follarías?
- Sí, está muy bueno.
- ¿Quieres follártelo?
- Claro.
Así que yo ya sabía qué tenía que hacer y me retiré, me aparté de la barra hacía el final para dejarte sola. Me fui a la planta superior del pub para poder verlo todo con detalle. Vi que lo mirabas fijamente, que le mantenías la mirada, que le sonrías, hasta que conseguiste que él se acercara a ti.
Y cuando estuvo a tu lado te pusiste a hablar con él, a coquetear, te empezó a decir cosas al oido. Empezó el baile sensual. Que si bajo mis manos por tu cintura hasta tu culo, que si te doy la vuelta y subo hasta tus tetas pero sin llegar a ellas, que si saco el culo hacia atrás para sentir tu polla....Acercaste tus labios a sus labios y él no tuvo más remedio que besarte. Y mucho, porque estuvisteis un rato largo con el morreo, mientras tú le acariciabas la espalda, y él te apretaba fuertemente el culo. Supe que disfrutabas por los gestos de tu cara que tanto conozco cuando sé que gozas.
Aunque de pronto le dijiste algo al oído y te separaste de él para entrar en los aseos y cuando saliste te acercaste a mi lado y me dijiste que te había dicho que fueseis a su piso.
Yo no te iba a dejar sola, pero quería ver como reaccinabas. Te dije lo que le tenías que decir y así hiciste. Le dijiste que yo era un amigo intimo con derecho a roce pero muy liberal pero que no me podías dejar tirado. Así que me teniais que llevar con vosotros. Aceptó, era un tipo simpático y no le pareció mal.
- Sí, está muy bueno.
- ¿Quieres follártelo?
- Claro.
Así que yo ya sabía qué tenía que hacer y me retiré, me aparté de la barra hacía el final para dejarte sola. Me fui a la planta superior del pub para poder verlo todo con detalle. Vi que lo mirabas fijamente, que le mantenías la mirada, que le sonrías, hasta que conseguiste que él se acercara a ti.
Y cuando estuvo a tu lado te pusiste a hablar con él, a coquetear, te empezó a decir cosas al oido. Empezó el baile sensual. Que si bajo mis manos por tu cintura hasta tu culo, que si te doy la vuelta y subo hasta tus tetas pero sin llegar a ellas, que si saco el culo hacia atrás para sentir tu polla....Acercaste tus labios a sus labios y él no tuvo más remedio que besarte. Y mucho, porque estuvisteis un rato largo con el morreo, mientras tú le acariciabas la espalda, y él te apretaba fuertemente el culo. Supe que disfrutabas por los gestos de tu cara que tanto conozco cuando sé que gozas.
Aunque de pronto le dijiste algo al oído y te separaste de él para entrar en los aseos y cuando saliste te acercaste a mi lado y me dijiste que te había dicho que fueseis a su piso.
Yo no te iba a dejar sola, pero quería ver como reaccinabas. Te dije lo que le tenías que decir y así hiciste. Le dijiste que yo era un amigo intimo con derecho a roce pero muy liberal pero que no me podías dejar tirado. Así que me teniais que llevar con vosotros. Aceptó, era un tipo simpático y no le pareció mal.
En vistas de que se portaba decidí que los dos fuéseis en el asiento de atrás pero con la condición de que estuvieseis tumbados ya que te podía ver tu marido que también salía de fiesta esa noche. El chico se tragó la historia o eso parecía.
Él me fué indicando mientras yo oía los besos y señales de excitación por parte de ambos. Por suerte tenía parking, el típico soltero de oro. Y buen tipo además. Subimos por el ascensor y le pregunté si por lo menos tenía la play para pasar el rato. "Sí,si" me contestó entre risas.
Al llegar se fue a por unas bebidas y la psp que ya me iba bien. En estas le dije a mi mujer:
-"Laura, en el momento que entres en el cuarto con él tienes 10 minutos. Tienes total libertad para hacer lo que quieras pero tienes diez minutos. Luego le das la excusa que quieras. Que has bebido mucho, que esto no está bien, que como mucho has tenido algo conmigo pero que le eres fiel a tu marido, lo que sea pero lo paras. Te das una ducha y nos vamos"
-"Vale, solo 10 minutos".
-"Si no es así, no volvemos a jugar".
-"Vaaaale".
Lo que pasó dentro no lo sé, a ver si ella cuenta esos diez minutos. Lo que si puedo dejar es la foto que le hice después en la ducha.
No volvimos a saber nada más de él.... y así debe ser.